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El 20 de julio de 1969 la misión espacial del Apolo XI se posa en el Mar de la Tranquilidad, convirtiendo a su comandante, Neil Armstrong, en el primer hombre que pisa la luna. Las noticias sobre el viaje son el hilo conductor de esta novela protagonizada por un adolescente que, fascinado por estos acontecimientos, asiste al nacimiento de una nueva época, el universo que le rodea comienza a serle tan ajeno como su propia felicidad infantil. El viento de la Luna es un viaje a la memoria, una sucesión de golpes de efecto y defecto de la nostalgia, cuya trampa siempre somos propensos a pisar. Ampliamente descriptiva, con una delicada prosa, pareciera que no ocurriese mucho en la novela. Sin embargo, es cuestión de atender los recuerdos del niño triste pero cargado de sueños para llegar a la conclusión de que al parecer también está hablando por nosotros, por nuestros recuerdos. Historia de iniciación magistralmente narrada, El viento de la Luna posee elementos que remiten al mundo de escritores como Salinger o Philip Roth, pero también es un nuevo episodio en el ciclo narrativo de Mágina, como reconocerán enseguida los lectores de Beatus Ille y El jinete polaco. La imagen de un futuro de ciencia ficción a los ojos del protagonista que ya es recuerdo nostálgico para el lector es uno de los mayores aciertos de esta cautivadora novela.El viento de la Luna es una obra con claras reminiscencias biográficas. Un niño con esa capacidad de maravillarse ante la ciencia y la historia, atribulado por las fantasías de viajes espaciales, lector compulsivo, naturalmente tenía que convertirse en escritor.
El 20 de julio de 1969 la misión espacial del Apolo XI se posa en el Mar de la Tranquilidad, convirtiendo a su comandante, Neil Armstrong, en el primer hombre que pisa la luna. Las noticias sobre el viaje son el hilo conductor de esta novela protagonizada por un adolescente que, fascinado por estos acontecimientos, asiste al nacimiento de una nueva época, el universo que le rodea comienza a serle tan ajeno como su propia felicidad infantil. El viento de la Luna es un viaje a la memoria, una sucesión de golpes de efecto y defecto de la nostalgia, cuya trampa siempre somos propensos a pisar. Ampliamente descriptiva, con una delicada prosa, pareciera que no ocurriese mucho en la novela. Sin embargo, es cuestión de atender los recuerdos del niño triste pero cargado de sueños para llegar a la conclusión de que al parecer también está hablando por nosotros, por nuestros recuerdos.