La Navidad según Dickens

Historia, símbolos y lecciones de Cuento de Navidad

En un fría mañana de otoño de 1843, Charles Dickens recorría las empedradas calles de Londres, una ciudad marcada por la desigualdad social y la oscuridad de la Revolución Industrial. Mientras el viento helado se colaba entre los abrigos de los transeúntes y las chimeneas soltaban sus primeras bocanadas de humo, el escritor ya tenía en mente un proyecto que, sin saberlo, marcaría un antes y un después en la forma en que el mundo entendería la Navidad. Cuento de Navidad nacía en ese mismo Londres gris y cargado de contrastes, con una historia sobre avaricia, soledad y, sobre todo, redención, que, en apenas unas semanas, lograría conmover a miles de corazones. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que, detrás de esta entrañable fábula, hay una crítica feroz a los vicios de su época y una reflexión profunda sobre el verdadero sentido de la generosidad. La historia de Ebenezer Scrooge no solo cambió la Navidad, sino también la percepción de lo que significa, en su fondo más humano, ser un “buen” hombre.

Dickens no solo escribió una obra que hablaba de la Navidad, sino que también hizo de ella una crítica social tajante. Durante las décadas previas a la publicación de Cuento de Navidad, Inglaterra vivió una época de contrastes. Mientras que la aristocracia disfrutaba de lujos sin medida, la clase obrera se debatía en la pobreza más absoluta. En Cuento de Navidad, Scrooge, el avaro protagonista, encarna la indiferencia hacia los más pobres, mientras que los personajes como Bob Cratchit o la familia Cratchit representan las clases más humildes, quienes, a pesar de las carencias, son capaces de ofrecer lo mejor de sí mismos. Esta polarización refleja de manera clara la realidad de la sociedad victoriana, y a través de la historia, Dickens le recordó a sus lectores que la Navidad debía ser una ocasión para mirar a los demás con compasión y empatía.

Charles Dickens

 

El propio Dickens, angustiado por las difíciles condiciones de vida de la gente más desfavorecida, comenzó a escribir la historia como una forma de sensibilizar al público sobre la pobreza y las desigualdades. La obra fue escrita a gran velocidad y con un profundo sentido de urgencia, ya que Dickens estaba consciente de que su mensaje no podía esperar. La Navidad de 1843 fue un punto de inflexión para el autor, quien sabía que necesitaba capturar la atención de una sociedad que, aunque festejaba con alegría, a menudo ignoraba el sufrimiento de los más necesitados.

Curiosamente, Cuento de Navidad fue una obra que Dickens decidió autopublicar después de que varios editores rechazaran su propuesta. En lugar de esperar el visto bueno de la industria, el autor financió su propio proyecto y contrató a un ilustrador para que aportara una dimensión visual a su obra. La obra fue un éxito inmediato. En tan solo unos días, las primeras ediciones de Cuento de Navidad se agotaron, lo que convirtió a Dickens en un escritor aún más popular. La venta del libro también permitió que Dickens tuviera un impacto más directo en el público, asegurándose de que el mensaje de la obra llegara a todos, independientemente de su estatus social.

 

 

Los elementos que hoy asociamos con la Navidad moderna fueron popularizados por esta obra. La figura del pavo como centro de la mesa navideña, por ejemplo, no era tan común en las celebraciones navideñas previas a Cuento de Navidad. Dickens describe con gran detalle la cena que la familia Cratchit comparte en la víspera de Navidad, en la que un pavo es la pieza central del banquete, lo que, en su momento, representaba un lujo para las familias humildes. La tradición de comer pavo en Navidad se fue afianzando en la cultura británica gracias a la obra, consolidándose como un símbolo de la festividad, y más tarde extendiéndose a otras culturas.

La nieve que aparece en Cuento de Navidad se ha convertido en uno de los elementos más icónicos de la Navidad, aunque en la época de Dickens no era un símbolo navideño tan arraigado como lo es hoy. Durante su infancia, Dickens vivió en una época conocida como la “Pequeña Edad de Hielo”, una fase climática en la que los inviernos fueron particularmente fríos en el Reino Unido. Estos inviernos rigurosos dejaron una huella en su memoria y en su obra, influenciando sus descripciones de paisajes nevados. La nieve cubriendo la ciudad en la víspera de Navidad, con las calles desiertas y los carruajes luchando contra el viento gélido, refleja no solo la atmósfera melancólica y fría de Londres, sino también la frialdad emocional de Scrooge al comienzo de la historia. Sin embargo, a medida que la transformación de Scrooge avanza, la nieve también empieza a representar los cambios internos del personaje, un contraste con el calor humano que emerge en la casa de los Cratchit, simbolizando la apertura de su corazón

La frase “Merry Christmas” también tiene un origen interesante en relación con Cuento de Navidad. Antes de la publicación de la obra, la Navidad no tenía el mismo carácter festivo y comercial que conocemos hoy. El saludo “Merry Christmas“, aunque ya existía, no era tan común ni tan asociado a la festividad. Al popularizarse la obra de Dickens, la expresión se convirtió en un sinónimo de alegría y celebración.

El árbol de Navidad jugó un papel significativo en Cuento de Navidad, aunque su uso en las celebraciones navideñas en el Reino Unido no era tan común antes de la publicación de la obra de Dickens. La tradición del árbol de Navidad se originó en Alemania en el siglo XVI, y fue popularizada en el Reino Unido a principios del siglo XIX gracias a la reina Victoria y su esposo, el príncipe Alberto, ambos de origen alemán. El príncipe Alberto, quien se casó con la reina Victoria en 1840, introdujo el árbol de Navidad como una tradición de la corte real británica. Fue en 1841 cuando se vio por primera vez un árbol decorado en el Palacio de Windsor, y las ilustraciones de este evento fueron ampliamente difundidas, ayudando a consolidar la costumbre en la sociedad británica. Sin embargo, fue Cuento de Navidad, publicado en 1843, lo que contribuyó a popularizar aún más la imagen del árbol decorado como parte integral de la celebración de la Navidad. En la obra de Dickens, el árbol es un símbolo de calidez, generosidad y unión familiar, valores que Dickens destacó a través de la historia de los Cratchit, cuyas humildes celebraciones navideñas contrastaban con el egoísmo de Scrooge. Aunque no fue el primero en incluir el árbol como símbolo en la Navidad, la obra de Dickens ayudó a solidificar su presencia en las celebraciones navideñas, no solo en el Reino Unido, sino en todo el mundo.
Los fantasmas en Cuento de Navidad no son meros elementos de terror, sino que tienen una función simbólica que refleja las preocupaciones sociales y espirituales de Dickens. Influenciado por la tradición victoriana y la fascinación por lo sobrenatural en su época, Dickens utiliza los espíritus para expresar las consecuencias morales de la vida de un hombre egoísta como Scrooge. En la Inglaterra del siglo XIX, la creencia en los espíritus y el más allá estaba profundamente arraigada en la cultura popular, y el concepto de arrepentimiento y redención a través de la confrontación con los fantasmas era un tema común en la literatura moralista. La aparición de los fantasmas como figuras de conciencia refleja el interés de Dickens por los aspectos espirituales de la vida y su deseo de invitar a la reflexión sobre las acciones y comportamientos de cada individuo.

Scrooge es un reflejo de la crítica social de Dickens hacia las clases altas de la sociedad victoriana, que a menudo se mostraban indiferentes al sufrimiento de los más pobres. Scrooge es presentado como un ser humano con una capacidad innata para cambiar. La idea de un hombre que tiene la oportunidad de redimir su vida, influenciado por las tradiciones navideñas y las lecciones espirituales, conecta con el propio pensamiento de Dickens sobre la importancia de la caridad y la solidaridad. La creación de Scrooge es también un reflejo de los traumas personales de Dickens, quien sufrió dificultades económicas en su juventud y experimentó la lucha entre el éxito material y la felicidad emocional. Al hacer de Scrooge un hombre que es transformado por la generosidad y la conexión humana, Dickens no solo ofrece una crítica a la avaricia, sino que también presenta una visión esperanzadora del poder del cambio personal y la empatía.

En estas fiestas, Cuento de Navidad de Charles Dickens se presenta como una lectura imprescindible que nos transporta a un Londres victoriano lleno de magia y reflexión. Si aún no has leído este clásico, ¿qué mejor momento que ahora para dejarte envolver por su mensaje atemporal y descubrir cómo un solo cambio en el corazón de un hombre puede transformar su destino y el de quienes lo rodean?

 

0 0 votes
Article Rating
Subscribe
Notify of
guest
0 Comments
Oldest
Newest Most Voted
Inline Feedbacks
View all comments
0
Would love your thoughts, please comment.x
()
x
Esta página utiliza Cookies    Más información
Privacidad