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“¿El más estimulante novelista europeo en activo? ¿Un provocador profesional? ¿Un moralista disfrazado de pornógrafo? ¿Un farsante camuflado de nihilista? ¿Un genio incómodo? ¿Un escritor rabiosamente lúcido, virulento y sardónico? ¿Un fustigador inclemente de la sociedad occidental? Lo que está claro es que Michel Houellebecq no deja a nadie indiferente. El lector encontrará aquí reunidas sus tres primeras novelas, que lo lanzaron al estrellato literario y lo situaron en el centro de la polémica, donde sigue instalado. Las tres están protagonizadas por seres desnortados y resentidos, náufragos aletargados de la sociedad de consumo. El personaje central de Ampliación del campo de batalla es un ingeniero informático depresivo que lleva dos años de castidad; Las partículas elementales confronta a dos hermanastros cuarentones: una suerte de monje científico que ha renunciado a la sexualidad y un profesor de literatura consumidor compulsivo de pornografía; Plataforma, por su parte, está protagonizada por un funcionario parisino apocado y apático, que se va de vacaciones a un paraíso del turismo sexual y acaba montando un negocio relacionado con el asunto mientras busca el amor puro… Tres visiones –o mejor autopsias– feroces y sarcásticas de la decadencia de Occidente.
“¿El más estimulante novelista europeo en activo? ¿Un provocador profesional? ¿Un moralista disfrazado de pornógrafo? ¿Un farsante camuflado de nihilista? ¿Un genio incómodo? ¿Un escritor rabiosamente lúcido, virulento y sardónico? ¿Un fustigador inclemente de la sociedad occidental? Lo que está claro es que Michel Houellebecq no deja a nadie indiferente. El lector encontrará aquí reunidas sus tres primeras novelas, que lo lanzaron al estrellato literario y lo situaron en el centro de la polémica, donde sigue instalado. Las tres están protagonizadas por seres desnortados y resentidos, náufragos aletargados de la sociedad de consumo. El personaje central de Ampliación del campo de batalla es un ingeniero informático depresivo que lleva dos años de castidad; Las partículas elementales confronta a dos hermanastros cuarentones: una suerte de monje científico que ha renunciado a la sexualidad y un profesor de literatura consumidor compulsivo de pornografía; Plataforma, por su parte, está protagonizada por un funcionario parisino apocado y apático, que se va de vacaciones a un paraíso del turismo sexual y acaba montando un negocio relacionado con el asunto mientras busca el amor puro… Tres visiones –o mejor autopsias– feroces y sarcásticas de la decadencia de Occidente.