Autor |
---|
Cuando le preguntaban a su autora si este libro era autobiográfico, siempre decía que «Un árbol crece en Brooklyn» contaba su infancia tal y como habría debido ser, y no como realmente fue. Y es que, a fin de cuentas, la historia de Francie puede ser la historia de Betty Smith porque, en una forma u otra, es la historia de todos. Ya no vivimos en los principios del siglo pasado, ni estamos en el durísimo ambiente de las inmigraciones masivas a EE. UU. que en esa época sucedieron, ni buscamos el sueño americano, ni… O quizá sí. Quizá sí vivamos todo eso, seamos lo que seamos y estemos donde estemos, en la medida en que, como la pequeña Francie Nolan, la vida pasa entre nuestros dedos mientras los libros se posan en nuestras manos, en la medida en que, como en «Un árbol crece en Brooklyn», lo que ocurre cada día no tiene nada de espectacular porque es el espectáculo de la vida cotidiana pura y dura, con noche y con día, con risa y con llanto, con decepciones y con sueños a los que nunca se renuncia mientras haya un árbol crecido en medio del cemento y capaz de darnos sombra.
Cuando le preguntaban a su autora si este libro era autobiográfico, siempre decía que «Un árbol crece en Brooklyn» contaba su infancia tal y como habría debido ser, y no como realmente fue. Y es que, a fin de cuentas, la historia de Francie puede ser la historia de Betty Smith porque, en una forma u otra, es la historia de todos. Ya no vivimos en los principios del siglo pasado, ni estamos en el durísimo ambiente de las inmigraciones masivas a EE. UU. que en esa época sucedieron, ni buscamos el sueño americano, ni… O quizá sí. Quizá sí vivamos todo eso, seamos lo que seamos y estemos donde estemos, en la medida en que, como la pequeña Francie Nolan, la vida pasa entre nuestros dedos mientras los libros se posan en nuestras manos, en la medida en que, como en «Un árbol crece en Brooklyn», lo que ocurre cada día no tiene nada de espectacular porque es el espectáculo de la vida cotidiana pura y dura, con noche y con día, con risa y con llanto, con decepciones y con sueños a los que nunca se renuncia mientras haya un árbol crecido en medio del cemento y capaz de darnos sombra.